Las empresas están cada vez más preocupadas por contar en su equipo con profesionales que sean capaces de entender y participar en la estrategia corporativa. El objetivo es conseguir las metas lo antes posible, con grupos humanos cohesionados, con costos controlados y con una alta satisfacción del cliente que permita su fidelización.
Durante buena parte de la segunda mitad del siglo pasado y coincidiendo con la tercera revolución industrial -derivada del uso de la energía nuclear-, en términos proporcionales, la logística evolucionó mucho más que la propia industria a la que servía. La integración física de la gestión de materiales (logística de proveedores) y la logística de expedición (logística de clientes) dio como resultado la acuñación de un nuevo concepto: la LOGÍSTICA INTEGRAL. Gracias a ello fue posible controlar el flujo de los materiales en toda su extensión, a excepción en muchos casos de los flujos de producto en curso. La organización transversal de las empresas y la gestión por procesos comenzaba a tomar forma definitivamente.
A lo largo de las dos últimas décadas del siglo XX, la irrupción masiva de internet y las comunicaciones digitales, la preocupación ecológica, y la crisis de los combustibles fósiles, dieron como resultado fenómenos en ocasiones contrapuestos:
- La globalización de los negocios.
- La globalización de los clientes.
- La globalización de los proveedores.
- La preocupación por la sostenibilidad medioambiental.
- La deslocalización de procesos (offshoring en inglés).
- La responsabilidad social corporativa.
Frente a ese nuevo escenario en que las decisiones se toman desde un lugar distinto a donde se lleva a cabo el proceso operativo y, donde incluso el propio proceso operativo tiene lugar en localizaciones geográficas diferentes muy distantes las unas de las otras, se hace imprescindible disponer de una visión global del proceso y del flujo de los materiales a través de él. La logística integral evoluciona hacia la SUPPLY CHAIN.
La supply chain controla el flujo de materiales y de información desde los clientes hasta los proveedores y viceversa, pero en esta ocasión también se hace lo propio con los productos en curso que tradicionalmente se encontraban en la órbita de gestión de producción.
Curiosamente, mientras la parte industrial lucha por abaratar costes deslocalizando sus plantas productivas y ubicándolas en países con una mano de obra más barata, la supply chain tiene que lidiar con un uso extensivo de los transportes para conseguir desplazar los materiales y productos desde una ubicación a otra y, por consiguiente, incrementando los costes de transporte y la huella de carbono.
La entrada en el siglo XXI trae consigo la explosión del e-comerce sustentado por una importante mejora en la fiabilidad y extensión de las comunicaciones digitales. Ahora el mundo es el mercado y el concepto de globalización es una realidad. Además el cliente ya no solo busca un producto atractivo a un precio razonable sino que lo quiere rápido y en su domicilio. En este punto la supply chain se revela como el vehículo mediante el cual es posible conseguir que un producto aporte dos de los valores más importantes para un cliente: el tiempo y el lugar. Los profesionales de la cadena de suministro están cada vez más cotizados, y las tácticas que despliegan en las empresas ayudan a conseguir objetivos claramente alineados con las nuevas estrategias empresariales.
Pero mientras la supply chain todavía está adaptándose a su nuevo rol, la parte industrial de las compañías vuelve a dar una nueva vuelta de tuerca incorporando tecnologías de última generación –algunas de ellas todavía en desarrollo- a sus procesos
- Cloud computing (computación en la Nube).
- Big Data (gestión y análisis de enormes cantidades de datos).
- Robótica colaborativa.
- Simulación.
- Manufactura aditiva (impresión 3D).
- Realidad aumentada.
- Integración de sistemas de información
Es lo que se conoce en términos económico-empresariales como la INDUSTRIA 4.0 o también llamada la Cuarta Revolución Industrial. El objetivo de su uso es disponer de compañías más eficientes y más sostenibles.
Parece obvio pensar que, si los procesos industriales ya están incorporando herramientas y soluciones 4.0, la supply chain no puede perder comba en esta evolución; mucho menos cuando en la mayoría de las empresas los flujos de información de los diferentes procesos ya se encuentran muy centralizados vía ERP (Enterprise Resource Planning) y otras aplicaciones transversales. Por eso algunas empresas ya han iniciado la adaptación de su supply chain mediante la incorporación de algunas de las citadas tecnologías.
La SUPPLY CHAIN 4.0 posee ventajas innegables si las tecnologías se manejan adecuadamente:…
- Más y mejor información.
- Más fiabilidad.
- Más velocidad.
- Más visibilidad.
- Más autonomía.
- Menos stock.
- Mayor respeto con el medio ambiente.
… pero también tiene algunos inconvenientes:
- Tecnologías aún en desarrollo.
- Marcos regulatorios inmaduros o inexistentes.
- Seguridad de la información aún débil.
- Sustitución de puestos de trabajo debido a la robotización de procesos.
A pesar de todo ello, lo cierto es que la INDUSTRIA 4.0 ha venido para quedarse y la SUPPLY CHAIN 4.0 también. Ello conlleva de forma inherente un giro hacia las tecnologías 4.0 y, aunque aporta ventajas indiscutibles, sobre todo desde la perspectiva de eficiencia y sostenibilidad, suscita serios debates sobre su impacto socio-laboral.
¿Qué opinas sobre el concepto 4.0? ¿Se ha implementado alguna de estas tecnologías en tu compañía? En caso afirmativo ¿Cuál es tu valoración al respecto?
Autor: Xavier Calpena - COO en DIAGTRES S.A.
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